La vida para mí no ha sido una escalera de cristal.
La escalera ha tenido tachuelas,
Y astillas,
Y tablones levantados,
Y lugares en los que no había ni alfombra.
Pelados.
Pero en ningún momento
He dejado de subirla,
Ni de alcanzar rellanos,
Ni de torcer recodos,
Y a veces, he avanzado en la oscuridad
Allí donde no había luz.
Así que, no te des por vencido, hijo.
No te quedes abajo
Porque descubras que es difícil el ascenso.
No decaigas ahora-
Ya ves, cariño,
que yo aún sigo,
Yo todavía sigo subiendo,
Y la vida para mí no ha sido
una escalera de cristal.
De Langston Hughes.