En la cómoda hay uno, otro en el cajón, y otro mas que lleva en la mesa del rincón desde el San Patricio. He acumulado varios programas de la Semana Santa de Córdoba 2016 y ahora... ¡Ahora hay que tirarlos!
Mi madre odiaba que los calendarios trajesen imágenes de santos, de procesiones, de virgenes... Los calendarios, las papeletas de lotería, los programas de Semana Santa. A ella, que es una de las mujeres más prácticas que conozco, le remordía la conciencia tirar un papel que tuviese una imagen sagrada pero la practicidad la llevaba a mandar a tomar viento esos papeles que ya no servirían para nada y solo ocuparían espacio y tiempo. Si el calendario era de 1982, por ejemplo, con la imagen de San Eusebio, un poner, ella lo dejaba el tiempo prudencial. Hasta mediados de 1983 no lo tiraba. Y claro, como ella no lo tiraba siempre iba dando puntillitas:
- Este calendario habrá que cambiarlo, Mira que poner imágenes en los almanaques, A ver si un día recoges tú y te animas...
Y así, entre una puntillita y otra, el calendario se quedaba hasta que alguien sin miramientos decía poner a San Eusebio con las cáscaras de plátano, los tomates pochos, y las latas de atún (en aquella época aún no se reciclaba en casa.)
Hoy, bueno ayer, ya que hoy lo que estoy es terminando la entrada que comencé a primera hora de la mañana cuando estaba recogiendo el piso, han ido a la basura (reciclados, eso si) los programas de mano de la Semana Santa de Córdoba 2016. Por ahí han aparecido también algunas postales de besamanos, besapies y demás actos en los que la imagen del titular (léase Virgen o Cristo) aparece sin miramientos. Pero esos... Esos van a quedarse el tiempo prudencial, o los iré colgando en libros de Bukowski como separadores, por si acaso a mi nene le diré que recoja el piso de vez en cuando, a ver si se anima y considera la posibilidad de "reciclar" las estampas marianas.
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Sin Cristos ni nada. Dos velas y ya está. |