Por pasos:
1.- Música decente para ir haciendo el equipaje. Algo ligero y que anime, que no te deje sentado delante del ordenador: Fito y los fitipaldis. Esos caen para hoy. Además, el viaje es muy largo, y la vuelta más. Así que hay que programar, minimamente, la música que va a escucharse. No digo en plan: Jack Nicholson en Mejor... Imposible, pero algo si.
2.- Mirar el tiempo que va a hacer los próximos días en el lugar al que vamos. Llevarse bañador a Sierra Nevada es de idiota. (A no ser que te hayan invitado a un Jacuzzi comunitario.) Lo mismo que jersey de lana en agosto a la playa. Aunque... siempre hay que ser precavido. Maldonado falla más que una escopeta de feria y es conveniente tener un poco de todo. (Por si las moscas.)
3.- La maleta adecuada, ni muy grande que te vaya sobrando, ni muy chica que tengas que usar varias bolsas más. En mi caso una bolsa de Coronel Tapioca de esas sin ruedas mi mariconadas, suele ser la acertad. Y es que una maleta, además, habla de ti. A mi no me vas a pillar con una de ruedas, a no ser que se la lleve a una tía que esté buenísma o en su defecto a mi nene que tiene una parecida con un Micky en relieve. (Si, que le vamos a hacer fue un regalo.)
4.- Lista de lo que vas colocando, para no olvidar nada. Mi memoria es tipo Doris, el pescao amnésico de Buscando a Nemo. Como no lo tenga apuntado todo termino haciendo que me envíen camisas, mecheros, o cualquier cosa que se al llegar a casa es uno de esos útiles imprescindibles en el día a día como puede ser la cabeza. Yo, por si acaso, lo apunto.
5.- Buscar ropa que lo mismo sirva para una cena de trabajo como para un desayuno familiar. Zapatos cómodos, pañuelos, accesorios que puedas combinar por si te vas de senderismo o a un cotillón. (La idea es que puedas combinar, no que uses la misma ropa para todo. A no ser que seas Walter Mitty, no vayas al trabajo con la cazadora con la que te tiras al mar.)
6.- Cables y utensilios varios, e-book, cámaras de fotos, móvil... En un viaje, a veces, pocas, hay momentos en los que toca esperar. Un bus, un tren o esos cinco minutos que tardan las tías en terminar de arreglarse en los que se puede levantar la Catedral de Burgos a escala 1:1 con figuras de Lego. Para esos momentos es bueno estar preparado.
7.- Cartera con documentación, tabaco, llaves, cuaderno (y es que por mucho que apunte en el móvil, un moleskine es un moleskine), bolígrafo. Y por su puesto... dos pares de gafas de sol.
Creo que no olvido nada. Así que voy a ponerme manos a la obra. O a la maleta.
Nos vemos.
A veces algo de lo que pasa por la vida se filtra en este blog. Otras veces es la fantasía la que se da una vuelta. El formato corto predomina pero siempre hay excepciones.
30/12/13
25/12/13
Feliz Navidad.
Bueno, ahora si. ¡Feliz Navidad! Y si por cualquier cosa no aparezco antes de Año Nuevo pues eso... Que felicidades también.
Creo que desde que tengo este blog es la vez que menos he escrito. ¡Soy feliz! ¿Que queréis que os diga? Y aunque de vez en cuando me salga una entrada lacrimosa, o una tipa en bolas, o vete tú a saber, el resto del tiempo estoy bastante bien. ¿Y que pasa? Que los mejores post salen cuando estás cabreado, o triste, o simplemente no estas bien. Por que cuando uno está bien está en la calle, disfrutando y más o menos eso es lo que hago yo. La manía de escribir no se me va y aprovecho muchos ratos en el curro para hacerlo. O por la mañana cuando estoy solo. O en vacaciones. O... Pues eso. Que espero que vosotros escribáis poco también o mucho pero para contar que estáis de puta madre. El caso es que espero que tengáis una fiestas de puta madre. Y que nos veamos en los bares.
24/12/13
El décimo.
Mamá compró un décimo poco antes del sorteo. Por la noches se llevaba el billete y la oía rezar. Después, cada mañana antes de prepararme el desayuno, lo volvía a colocar en aquella vieja biblia que le regaló la abuela. Decía que Dios nos ayudaría. Que él no podía dejar que nos pasara nada malo. Yo pensaba que Dios no dejaría que suspendiera matemáticas entonces y también le pedía para que la señorita Asunción me aprobase aunque mamá no se fiaba mucho y me hacía estudiar.
Cuando faltaban dos días para el sorteo mamá empezó a rezar de una manera distinta. No lo hacía como la abuela. Ya no se la escuchaba con el soniquete del Ave María, o con el Padre Nuestro ese que me enseñaron en el colegio. ¡No! Mamá ahora hablaba con Dios a voces. A veces la escuchaba llorar y suplicaba. Otras, como hacía cuando papá estaba aún en casa, la oía gritar y reprocharle cosas. Mamá después pedía perdón a Dios. Pero volvía a exigirle que la ayudase.
El mismo día del sorteo me entregaron las notas. La señorita Asunción me había aprobado por los pelos pero Mamá debía estar muy enfadad con Dios. Cuando llegué no estaba en casa. La abuela me dijo que se había ido con Dios, que la había llamado para que no tuviese mas problemas, para que la acompañase en el cielo pero yo sabía donde guardaba el décimo mamá y estaba roto bajo la estantería. Yo sé que mamá no se iba a aguantar sin darle a Dios lo suyo por no hacerle caso. Solo espero que no le diese muy fuerte porque a veces hay que poner algo de tu parte para que te ayude, como con las matemáticas. Y quizá mamá no supo poner de la suya.
21/12/13
¡A tomar por culo!
Que si, que llega la Navidad, y ahora es cuando llega la gente poniendo pegas: ¡Que a mi no me gustan estas fechas! Que la gente es muy hipócrita. Que lo único importante es comprar y esto se ha quedado en unas fechas para los grandes almacenes. Que a mi me engordan los mantecados. Que solo solo vale beber y beber como los peces en el río. Que echo de menos a gente que no está y me da mucha pena. Que a mi me da igual porque yo trabajo. Que soy tonto del bote y tengo que joder al personal...
¡De todo! Te vas a encontrar de todo. También hay gente a la que le gusta la Navidad. A mi me pasa como la Feria. ¡Que me encanta! ¡Y es que esto de Navidad mola! Que si, que tocará trabajar. Ya no es como antes que el día 24 se cerraba todo a las doce del mediodía y ni salían autobuses ni el supermercado abría, y hasta los bares cerraban antes de la cena y no volvían a abrir hasta la tarde de día siguiente, como pronto. ¡No! Ahora toca currar en estas fechas, y encima hay que agradecer que lo estamos haciendo.
La gente no es más hipócrita en Navidad. Los hipócritas lo son todo el año. Solo que en Navidad es más fácil reconocerlos. Y... ¡Coño! Si no quieres engordar no comas, no te pongas pujo de beber y no gastes como si no hubiese mañana. ¿O es que nadie te ha hablado de la moderación? Que la Navidad no es una cena con la familia donde se pone uno pujo y se pelea con el cuñado. Que lo importante es juntarse, y si queda algún pendiente... ¡Que mejor fecha para arreglarlo! Que si, que puede que tu cuñado sea un imbécil, o tu cuñada o tu hermano ese con el que jugabas de pequeño y ahora parece que el hijo del vecino. Pero... hay más gente alrededor. ¿Vas a darle el día a todos por culpa de una rencilla, por un "poyada"? ¡Anda hombre!
Estamos de acuerdo en que en Navidad se echa de menos a mucha gente. Familia, amigos que no están y no porque vivan en Fernando Po, o se hayan ido a pasar las Navidades con otra rama de la familia. ¡No! Fallecieron y quizá los recordamos porque nos dejaron unas Navidades tan buenas que nunca podrán ser iguales si no están ellos. Pero... ¿Acaso pensáis que los que os dejaron esas Navidades tan estupendas no estarían encantados de que las disfrutases igual o más que con ellos? Si una persona se curro tanto alguna fecha para que tuvieses una Navidad tan especial, seguro que también le gustaba, seguro que disfrutaría viéndote reír. A veces se echa mucho de menos a algunas personas pero tenemos que seguir, recordarlos y disfrutar el doble. Por nosotros y por ellos.
A mi la Navidad me encanta y no me lo va a cambiar, de momento, ningún tipo con pinta de Scrooge que las odie. ¡Paparruchas! ¡La Navidad Mola! Y al que no le guste que no mire. ¡A tomar por culo!
17/12/13
Horas.
Corren.
Se supone
que corren
pero no las veo.
Un día
otro.
Siete y más.
Muchos más y
corren.
Lo sé porque
llevo infinidad aquí.
Esperando.
Pero si te fijas.
Ni una.
Ni una.
Se mueve
lo suficientemente rápido.
Corren.
¡Como corren las hijas de puta!
Se supone
que corren
pero no las veo.
Un día
otro.
Siete y más.
Muchos más y
corren.
Lo sé porque
llevo infinidad aquí.
Esperando.
Pero si te fijas.
Ni una.
Ni una.
Se mueve
lo suficientemente rápido.
Corren.
¡Como corren las hijas de puta!
13/12/13
Dieta milagrosa.
Rosie Huntington para Burberry |
Empezó por quitarle el abrigo. Lo colocó en una percha con forma de balanza romana. Después la chaqueta, la blusa. La falda cayó delicadamente en uno de los laterales, en el otro, equilibrándola de nuevo la ropa interior. Con cada zapato terminó por nivelarla.
- No era así como pensaba hacer la dieta. Además me prometiste perder cinco kilos y mi ropa solo pesa cuatro cuatrocientos.
Y conduciéndola a la habitación le susurro:
-El resto es ejercicio.
12/12/13
La cigüeña.
- Así que por fin un niño. Ya era hora. Tres niñas es mucho en una casa. ¡Fíjate en mi! Quería dos niños. ¡Dos niños! Que después quise una niña. ¡Una niña!
- Pues ahora que quieres un coche... A ver como se lo haces a tu mujer.
(Contestación del padre de Bubo a un compañero de trabajo cuando le comentó que tendría su primer hijo.)
11/12/13
De hoy no pasa.
Todas las cosas que me gustaría hacer sin fecha determinada y me hacen soñar con un futuro ilusionante, solo necesitan de un poco de reflexión y una decisión firme para que pasen a ser una de mis obligaciones pendientes que me amargan cada vez que las postergo.
Bubo dixit.
8/12/13
Cegados
Se frota las manos. Las coloca en sus ojos. Tan fuerte que casi se hace daño. Como si así se apartase del mundo. Después va abriendo poco a poco los dedos. La vida, el mundo, sigue ahí. Y baja las palmas por su cara para volver al lugar que le corresponde.
Durante unos segundos, en los que se ha quedado ciego, él no era él. Era más, o menos, pero distinto. Otra persona, otra cosa, alguien sin problemas. Sin brillo, sin aliento, sin mentiras, era... eso que sueña a veces cuando se tapa la cara y no quiere reconocer que hay mundo detrás de sus palmas.
Sueño(s)
Estoy en casa de mi suegra. Todos duermen. El mismo canal desde que empezamos a comer hace ya dos horas largas. Los platos recogidos y en la mesa las tazas de café están vacias. No han llegado a enfriarse. Lentamente me levanto de la mesa. La silla se resiente cuando la dejo y un sonido se escapa de una de las bocas entreabiertas. No distingo de quién.
Me dirijo a una de las sillas que ahora se acumulan en el pasillo. Una de ellas tiene en su regazo mi chaqueta. La busco y recojo una bolsa negra. Dentro hay guardados varios sueños. Sueños cortos, de siesta, de esos que te alegran el día en cinco minutos. Y se los voy colocando en la frente.
6/12/13
Sesión de fotos.
Se despertó cuando una mano le tocó la oreja. Una sonrisa se abrió mucho antes que sus ojos cundo escucho:
- ¡Vamos! ¿No querías hacerme esas fotos? ¡Levántate! Tienes cinco minutos.
Ni siquiera refunfuñó. Se levantó y buscó la cámara.
- ¡Sin flash! - Le dijo ella.- No quiero que despiertes a los vecinos.
Está preciosa. Pensó. ¿Como puede estar tan guapa a estas horas? Disparaba en el cuarto, ella no le daba muchas opciones, algunas fotos en el sillón, otras junto a la ventana, su reflejo en el espejo.. Pero ella tardo poco en volver a pedirle que se acostara. Lo hizo con un mueca, como los niños cuando le quitan su juguete. No replicó y volvió a caer en el sueño anterior.
La mañana del día siguiente, dos minutos antes de que sonase su despertador, buscó la cámara junto a la cama. Empezó a mirar las fotos. Fotos de un sillón vacío, de la venta, del espejo... En ninguna estaba ella. Nunca pudo hacerle esas fotos que tantas veces le pidio. Ya solo le quedaba el recuerdo.